“Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.” 1 Samuel 17

Cuando David, el pastor, se vio movido por el Espíritu Santo a enfrentarse al gigante Goliat, intentaron vestirlo con la armadura de Saúl pero él la rechazó, y tomó 5 piedras lisas de un arroyo. Con esas piedras y el poder del Espíritu Santo respaldándolo enfrento y venció al gigante. De la misma manera los hombres y mujeres que hemos aceptado el llamado de Dios para servirle como pastores debemos enfrentar las batallas de nuestro ministerio revestido con el poder del Espíritu Santo. Y es la intención de estas páginas que los consejos y las experiencias ministeriales de variados siervos de Dios nos sirvan como piedras lisas para ayudarnos en nuestra tarea.

miércoles, 16 de enero de 2013

Se busca un hombre... de Dios

Texto: (Juan 1:6)  Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.

Introducción:

Antes que nada, quiero aclarar que cuando hablamos de un “hombre” nos referimos a la humanidad en general, o sea, tanto hombre como mujer, ya que la Palabra nos enseña que en Cristo “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Gálatas 3:28 

Por medio de la revelación del Espíritu, asimismo por su Palabra, Dios nos dice que El está buscando hombres, hombres con características propias y especiales, las cuales Él anhela ver en sus siervos.

En Juan nosotros podemos ver algunas de esas características:

1.     Era un hombre llamado por Dios y lleno del Espíritu Santo – Lucas 1:13-16 – “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.” Lucas 1:80  “Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.”

El hombre que Dios busca es aquel que está dispuesto a escuchar su llamado y llenarse del Espíritu Santo, y a crecer en la gracia de Dios y el conocimiento de su Palabra.


2.     Era un hombre separado del mundo - (Mat 3:4) “Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.” (Mat 11:18) “Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene.” Era un hombre que le daba primicia a lo espiritual y no a lo material, que se negaba a sí mismo, separándose del mundo. Comiendo y vistiéndose diferente para que lo que destacara fuera su mensaje. Es un hombre que vive consciente las 24 horas del día de su vocación.

Consciente de su necesidad de santidad

No estaba tratando de impresionar a nadie. Vivía con simpleza porque lo único que le interesaba a el que resaltara era el mensaje que tenía que predicar.

El quizás no tenía nada de lo que los predicadores o ministros o cantantes de hoy tienen o piden, no tenía un templo enorme ni un pulpito hermoso, ni un equipo de sonido impecable, no tenía un equipo de publicidad y propaganda de avanzada, no recibía ni pedía grandes ofrendas pero tenía lo que muchos no tienen hoy: LLAMAMIENTO DE DIOS, UNCION, PODER, AUTORIDAD, VISION, UN MENSAJE CONTUNDENTE Y PODEROSO, NO SE LE CALLABA A NADIE, NO VENDIA SU MENSAJE POR NADA.

El hombre que Dios busca es un hombre santo, separado del mundo. Es un hombre auténtico, no influenciable ni manipulable.

3.     Era un hombre que conocía su llamado y lo cumplía - "Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron a Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ¿Quién eres tú? Él confesó y no negó. Confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué pues?, ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿eres tú el profeta? Y respondió: No. Entonces le dijeron: ¿Quién eres? Tenemos que dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías" (Juan 1:19-23).

Juan el Bautista vivía, predicaba y actuaba en forma tan similar al Mesías esperado, que las personas creyeron que era él. Este hombre inspiraba a las personas con sus ideales, viviéndolos en la práctica de la vida diaria. ¿Se parece su vida a la de Cristo?

Tú y yo debemos buscar a Dios hasta saber cuál es el lugar que nos toca ocupar en su viña, y luego que lo sepamos ponernos a trabajar y no permitir que nada ni nadie nos desenfoque de esa tarea.

El hombre que Dios busca es uno que se ponga en sus manos, y se consagre a su servicio. Hombres obedientes que conozcan el mandamiento de Dios para su vida y lo cumplan.

4.     Era un hombre de testimonio - (Juan 10:41) “Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.” Ahí mismo, en Juan 5:55, leemos: “Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad”. Versículo 35, “El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.”

El ministerio de Juan fue un ministerio breve, muy breve; pero efectivo, más que efectivo, porque el hombre en esos pocos meses, se realizó plenamente. El no dejó su tarea inconclusa. Hizo lo que tenía que hacer, dijo lo que tenía que decir, vivió lo que tenía que vivir, se quemó lo que se tenía que quemar. Misión cumplida. Antorcha que ardía y se consumía.

El hombre que Dios busca es uno de testimonio y que esté dispuesto a gastarse para él y para su obra.

5.     Era un hombre consciente de su necesidad - (Mat 3:13-14) “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?”

El hombre que Dios busca es aquel que reconoce que sin Dios no es nada y que separado de Dios nada puede hacer, que se sabe pecador y débil y que necesita de su gracia para seguir adelante.

6.     Era un hombre de principios y convicciones - (Juan 1:29)  “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:32)  “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él”. El no era un diplomático, no comprometía su mensaje, él le llamaba al pan, pan, y al vino, vino. A los escribas y fariseos que querían bautizarse “por si acaso” les dijo: “¡generación de víboras!, ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.”

El hombre que Dios busca es uno de principios y convicciones, que estén dispuestos a atreverse a predicar el mensaje sin temor, con audacia y sin comprometerse con nadie sino solo con Dios.

7.     Era un hombre con una humanidad real – Lucas 7:18-22 – “Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.  Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.”

El hombre que Dios busca sabe que vienen momentos de dudas, inseguridad, y temor pero recurre a la fuente de toda respuesta y de fortaleza, Jesucristo.

8.     Era un hombre comprometido con un mensaje y dispuesto a pagar el precio - (Mat 14:3) “Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano;” (Mat 14:4)  “porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.” Un hombre que este dispuesto a denunciar el pecado, y decirle a lo malo, malo.

El hombre que Dios busca no cambia ni acomoda su mensaje, dice lo que tenga que decir y está dispuesto a pagar el precio. A Juan su mensaje le costó la cabeza pero no el ministerio.

9.     Era un hombre que supo dejar de ser para que Jesucristo fuera - en Juan 3:26-33 «Y vinieron a Juan y le dijeron: Maestro, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tu diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él. Juan dijo: Mira, el hombre no puede recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye se goza grandemente a la voz del esposo; así pues este mi gozo está cumplido». Lean cómo termina el discurso del precursor: Juan 3:30 “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.” Es un hombre que en verdad deja de ser para que Jesucristo sea, es un hombre que muere, para que Jesucristo viva.

Anécdota: predicador que en el pulpito vio un cartel que decía: Predicador, queremos oír hablar de Jesús.

Era un hombre humilde, reconoció que Jesús era mayor que Él.

Probablemente, su ministerio no duró más de 6 meses, y no se registra ningún milagro. Y muchos de los que le seguían cuando supieron de Jesús lo abandonaron y se fueron tras Él.  Pero era un hombre de Dios, y Jesucristo dio testimonio de él diciendo que no había otro mayor que él.

Porque en el reino de Dios la grandeza no se mide en cuestión de números sino de fidelidad y Juan fue fiel y fiel hasta la muerte.

El hombre que Dios busca no está buscando grandezas, títulos, reconocimientos ni posiciones, solo quiere que Cristo sea exaltado y glorificado.

CONCLUSION: Ojalá, todos estemos admirados de un simple hombre enviado por Dios, que supo ocupar el lugar que le correspondía y en todo su ministerio no dejó de decir: “No soy digno de desatar la correa de su calzado.”

A.     Juan fue un verdadero profeta de Dios, enviado con un mensaje especial.

B.     Fue escogido por Dios para preparar al pueblo para que recibiesen al Señor, es decir, "enderezad el camino del Señor".

C.     Imitemos el carácter, el testimonio, y la vida sometida  al Señor y a Su Palabra, de Juan el Bautista.


Eze 22:30  Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.

1Sa 13:14  Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.

1Sa 2:35  Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días.

Hch 13:22  Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

¿Será posible que haya todavía hoy un hombre o una mujer fiel, conforme al corazón de Dios, que esté dispuesto a ponerse en la brecha, y hacer la voluntad de Dios?

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