Texto: (Juan 1:6)
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Introducción:
Antes que nada, quiero aclarar que cuando hablamos de
un “hombre” nos referimos a la humanidad en general, o sea, tanto hombre como
mujer, ya que la Palabra nos enseña que en Cristo “ya no hay judío ni griego;
no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno
en Cristo Jesús.” Gálatas 3:28
Por medio de la revelación del Espíritu, asimismo por su
Palabra, Dios nos dice que El está buscando hombres, hombres con
características propias y especiales, las cuales Él anhela ver en sus siervos.
En Juan nosotros podemos ver algunas de esas
características:
1. Era un hombre llamado por Dios y lleno del Espíritu Santo – Lucas 1:13-16 – “Pero el ángel le dijo: Zacarías,
no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un
hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se
regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá
vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su
madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de
ellos.” Lucas 1:80 “Y
el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos
hasta el día de su manifestación a Israel.”
El hombre que Dios
busca es aquel que está dispuesto a escuchar su llamado y llenarse del Espíritu
Santo, y a crecer en la gracia de Dios y el conocimiento de su Palabra.
2. Era un hombre separado del mundo - (Mat 3:4) “Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto
de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.” (Mat
11:18) “Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene.” Era
un hombre que le daba primicia a lo espiritual y no a lo material, que se
negaba a sí mismo, separándose del mundo. Comiendo y vistiéndose diferente
para que lo que destacara fuera su mensaje. Es un hombre que vive consciente
las 24 horas del día de su vocación.
Consciente de su necesidad de santidad
No estaba
tratando de impresionar a nadie. Vivía con simpleza porque lo único que le
interesaba a el que resaltara era el mensaje que tenía que predicar.
El quizás no
tenía nada de lo que los predicadores o ministros o cantantes de hoy tienen o
piden, no tenía un templo enorme ni un pulpito hermoso, ni un equipo de sonido
impecable, no tenía un equipo de publicidad y propaganda de avanzada, no
recibía ni pedía grandes ofrendas pero tenía lo que muchos no tienen hoy:
LLAMAMIENTO DE DIOS, UNCION, PODER, AUTORIDAD, VISION, UN MENSAJE CONTUNDENTE Y
PODEROSO, NO SE LE CALLABA A NADIE, NO VENDIA SU MENSAJE POR NADA.
El hombre que Dios
busca es un hombre santo, separado del mundo. Es un hombre auténtico, no influenciable
ni manipulable.
3. Era un hombre que conocía su llamado y lo cumplía - "Este es el testimonio de Juan, cuando los
judíos enviaron a Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ¿Quién eres tú?
Él confesó y no negó. Confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué
pues?, ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿eres tú el profeta? Y respondió: No.
Entonces le dijeron: ¿Quién eres? Tenemos que dar respuesta a los que nos
enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el
desierto: enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías"
(Juan 1:19-23).
Juan el Bautista vivía, predicaba y actuaba en forma tan similar al
Mesías esperado, que las personas creyeron que era él. Este hombre inspiraba a
las personas con sus ideales, viviéndolos en la práctica de la vida diaria. ¿Se
parece su vida a la de Cristo?
Tú y yo
debemos buscar a Dios hasta saber cuál es el lugar que nos toca ocupar en su
viña, y luego que lo sepamos ponernos a trabajar y no permitir que nada ni
nadie nos desenfoque de esa tarea.
El hombre que Dios busca es uno que se ponga en sus manos, y se consagre
a su servicio. Hombres obedientes que conozcan el mandamiento de Dios para su
vida y lo cumplan.
4.
Era un hombre de testimonio - (Juan 10:41) “Y muchos venían a él, y decían: Juan,
a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era
verdad.” Ahí mismo, en Juan 5:55, leemos: “Vosotros enviasteis mensajeros a Juan,
y él dio testimonio de la verdad”. Versículo 35, “El era antorcha que ardía y alumbraba;
y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.”
El ministerio
de Juan fue un ministerio breve, muy breve; pero efectivo, más que efectivo,
porque el hombre en esos pocos meses, se realizó plenamente. El no dejó su
tarea inconclusa. Hizo lo que tenía que hacer, dijo lo que tenía que decir,
vivió lo que tenía que vivir, se quemó lo que se tenía que quemar. Misión
cumplida. Antorcha que ardía y se consumía.
El hombre que Dios
busca es uno de testimonio y que esté dispuesto a gastarse para él y para su
obra.
5. Era un hombre consciente de su necesidad - (Mat 3:13-14) “Entonces Jesús vino de Galilea a
Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo
necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?”
El hombre que Dios busca es aquel que reconoce que sin
Dios no es nada y que separado de Dios nada puede hacer, que se sabe pecador y
débil y que necesita de su gracia para seguir adelante.
6. Era un hombre de principios y convicciones - (Juan 1:29) “El
siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:32) “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al
Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él”. El no era
un diplomático, no comprometía su mensaje, él le llamaba al pan, pan, y al
vino, vino. A los escribas y fariseos que querían bautizarse “por si acaso” les
dijo: “¡generación de víboras!, ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.”
El hombre que Dios
busca es uno de principios y convicciones, que estén dispuestos a atreverse a
predicar el mensaje sin temor, con audacia y sin comprometerse con nadie sino
solo con Dios.
7. Era un hombre con una humanidad real – Lucas 7:18-22 – “Los discípulos de Juan le dieron
las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los
envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos
a otro? Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos
ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o
esperaremos a otro? En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y
de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced
saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los
leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los
pobres es anunciado el evangelio.”
El hombre que Dios
busca sabe que vienen momentos de dudas, inseguridad, y temor pero recurre a la
fuente de toda respuesta y de fortaleza, Jesucristo.
8. Era un hombre comprometido con un mensaje y dispuesto a pagar el precio - (Mat 14:3) “Porque Herodes había prendido a Juan, y
le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de
Felipe su hermano;” (Mat 14:4) “porque
Juan le decía: No te es lícito tenerla.” Un hombre que este dispuesto a
denunciar el pecado, y decirle a lo malo, malo.
El hombre que Dios
busca no cambia ni acomoda su mensaje, dice lo que tenga que decir y está
dispuesto a pagar el precio. A Juan su mensaje le costó la cabeza pero no el
ministerio.
9. Era un hombre que supo dejar de ser para que Jesucristo fuera - en Juan 3:26-33 «Y vinieron a Juan y le dijeron:
Maestro, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tu
diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él. Juan dijo: Mira, el hombre no
puede recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois
testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su
lado y le oye se goza grandemente a la voz del esposo; así pues este mi gozo
está cumplido». Lean cómo termina el discurso del precursor: Juan 3:30 “Es necesario que él crezca, pero que yo
mengüe.” Es un hombre que en verdad deja de ser para que Jesucristo sea, es un
hombre que muere, para que Jesucristo viva.
Anécdota: predicador que en el pulpito vio un cartel
que decía: Predicador, queremos oír hablar de Jesús.
Era un hombre humilde, reconoció que Jesús era mayor que Él.
Probablemente, su
ministerio no duró más de 6 meses, y no se registra ningún milagro. Y muchos de
los que le seguían cuando supieron de Jesús lo abandonaron y se fueron tras
Él. Pero era un hombre de Dios, y
Jesucristo dio testimonio de él diciendo que no había otro mayor que él.
Porque en el reino de
Dios la grandeza no se mide en cuestión de números sino de fidelidad y Juan fue fiel y fiel hasta la muerte.
El hombre que Dios busca no está buscando grandezas, títulos,
reconocimientos ni posiciones, solo quiere que Cristo sea exaltado y
glorificado.
CONCLUSION: Ojalá, todos estemos admirados de un simple hombre
enviado por Dios, que supo ocupar el lugar que le correspondía y en todo su
ministerio no dejó de decir: “No soy digno de desatar la correa de su calzado.”
A. Juan fue un verdadero profeta de Dios, enviado con un
mensaje especial.
B. Fue escogido por Dios para preparar al pueblo para que
recibiesen al Señor, es decir, "enderezad el camino del Señor".
C. Imitemos el carácter, el testimonio, y la vida sometida
al Señor y a Su Palabra, de Juan el Bautista.
Eze 22:30 Y
busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha
delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo
hallé.
1Sa 13:14 Mas
ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para
que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová
te mandó.
1Sa 2:35 Y yo
me suscitaré un sacerdote fiel, que haga
conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará
delante de mi ungido todos los días.
Hch 13:22
Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también
testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.
¿Será posible que haya todavía hoy un
hombre o una mujer fiel, conforme al corazón de Dios, que esté dispuesto a
ponerse en la brecha, y hacer la voluntad de Dios?
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